Lo que el mundo necesita ahora es MÁS gente

(La foto de este post dice en español: “¿Qué tal si no estuviera eso que nos está frenando?”)

Lo que el mundo necesita ahora es MÁS gente.
Antes de que los creyentes en la “superpoblación” se lancen directamente a mi cuello, me gustaría aclarar que estoy a favor de la creación. Sí, Pro creación. No soy Pro Elección, ni Pro Vida.

¿Pero qué significa Pro Creación? Bueno, en sentido amplio, significa favorecer la creación. Pero también significa Procreación Co-creativa. Permítanme exponer mi caso.

¿Cuántas personas han nacido hoy en día debido a los siguientes “accidentes”?

  • El preservativo se rompió
  • La píldora no funcionó

O alguien que diga:

  • “Bebí demasiado esa noche”
  • “No debía estar en mis días fértiles”
  • “Mi reloj biológico estaba sonando”
  • “Todos los demás estaban teniendo hijos”
  • “Mi pareja quería tener hijos”
  • “Estaba muy caliente para sacarlo”

    ¿Cuál es la historia que la mayoría de los padres (sí, y madres) van a contar a sus hijos sobre su concepción como parte de la primera generación nacida durante la Coronacrisis? ¿”La televisión se estropeó durante el encierro”? O tal vez, “¡¿El Internet no funcionó durante todo un día?!”

Estas son las concepciones en ausencia de presencia plena de los seres humanos que son -en el mejor de los casos- catalogados como “accidentes” bien recibidos. Pero… ¿Es esto lo mejor que podemos hacer como especie clave en el mundo?

¿Y si hay otros caminos? ¿Y si los seres humanos estuvieran destinados a nacer por la invitación de mamá y papá estando en presencia plena incluso antes del momento de la fertilización? Una hermosa forma de pro creación hecha en co-creación que comienza desde el momento cuando mamá y papá usan el poder de sus pensamientos para co-crear la posibilidad de que un nuevo ser tome forma humana a través del portal del canal de nacimiento.

La apertura de círculos de sabiduría colaborativa y de espacios de intercambio para tener una escucha profunda y conversaciones significativas sobre temas como éste, puede llegar a ser crucial para dirigir el camino de la humanidad hacia uno en el que todos estemos de acuerdo. O, aunque no de estemos de acuerdo en todo, por lo menos sí de acuerdo en las “en las mismas respuestas a las preguntas más importantes de la vida“. Una de esas preguntas que personalmente me gustaría ofrecer en tales espacios y círculos es: “¿Cuáles son las diferencias que percibes entre las concepciones en presencia plena, y aquellas en ausencia parcial o total o, peor aún, las concepciones sin consentimiento?”

Esto puede sonar como un tema muy escandalizante para hablarlo en un foro frente a nuevos y viejos desconocidos. O tal vez la gente no vea la importancia de hablar de esto en lo absoluto. “¿Sería el fin del mundo si más personas continuan naciendo como resultado de concepciones sin presencia plena o en ausencia de ésta?“, preguntaría la gente si se siente al menos un poco intrigada por este tema. Y mi respuesta sería: “Por supuesto que no significaría el fin del mundo… al menos, no todavía”. “Y… ¿realmente cambiaría las cosas si la gente se apresurara a procrear en co-creación?“. Por supuesto que no. Llevar a estos seres a las familias nucleares significaría someterlos al aislamiento (más aún ahora con la actual coronacrisis o sus secuelas).

Dicho esto, me gustaría plantear que todas las personas del mundo, cada uno de nosotros, tenemos lo que se necesita para traer MÁS personas a este mundo mediante la pro-creación co-creativa. Estar en presencia plena significa algo más que la atención plena e incluso la plenitud de corazón. E incluso más allá de tener una mente abierta, un corazón abierto y una voluntad abierta. Implica recordar. Recordar quiénes somos. Y sólo recordaremos quiénes somos si volvemos a insertar nuestras estructuras familiares nucleares y nuestras vidas individualizadas en la vida comunitaria, la vida de la tribu, la vida de la aldea. Vivir de nuevo en la vida comunitaria no hará que las cosas estén en armonía de un día para otro. Pasaremos, y ya estamos pasando, por las lecciones del trauma colectivo mientras percibimos lo que es posible. Y aquí es donde el esfuerzo alegre será clave para salir de este desafío: disfrutar del ritual de pase junto con los dolores de crecimiento que trae consigo. Favorecer la creación. Recordar las lecciones aprendidas de la era de querer tener bebés/hijos, para graduarse en la era de traer seres por invitación en presencia plena. ¿Qué tal si no estuviera eso que nos está frenando?

Todos los niños son una bendición y el amor puede entrar en cualquier momento para llenar cualquier hueco dejado por una concepción en ausencia, o sin presencia plena.

Que hayamos gente en presencia plena.

Que hayan comunidades que funcionan (link por el momento sólo en inglés).

Que tu voz sea leída escribiendo tu comentario aquí: